Por Alexis Oliva
Arthur Rimbaud (Francia, 20 de octubre de 1854 – 10 de noviembre de 1891), el llamado “enfant terrible” (niño terrible) de la poesía francesa, fue uno de los más grandes y precoces creadores en el arte de escribir. Nacido en Charleville, sorprendió desde pequeño por su precocidad intelectual y un especial talento para comunicar imágenes y sentimientos a través de la palabra. A los diez años, comenzó a hacer conocer sus primeros versos, de gran imaginación y sentido del ritmo, a tal punto que el escritor Víctor Hugo lo llamó el “Shakespeare niño” y muchos lo consideran el “padre de la poesía moderna”.
Siendo un adolescente con cara de ángel y rebeldes ojos azules, escribió -a los 17 años- El Barco Ebrio, uno de sus más celebrados poemas: “Yo sé de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas y de las resacas y de las corrientes. ¡Yo sé de la tarde, del Alba exaltada como un pueblo de palomas. Y he visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver! (…) Yo hubiera querido enseñar a los niños esos dorados. De la ola azul, los peces de oro, los peces cantores. Las espumas de las flores han bendecido mis vagabundeos y vientos inefables me dieron sus alas por un momento”. Como en estos versos, nunca se olvidó de su niñez apasionada. Qué mejor que dejarlo hablar a él, a través de su propia definición en la célebre obra titulada Hay que ser Absolutamente Modernos: “Soy un inventor cuyos méritos difieren mucho de cuantos me han precedido; soy incluso un músico que ha encontrado algo así como la clave del amor. Ahora, gentilhombre (1) de un campo acerbo (2) bajo un cielo sobrio, intento emocionarme con el recuerdo de mi infancia mendicante (3), de la época del aprendizaje y de la llegada en zuecos (4), de las disputas, de las cinco o seis viudeces (5), y de algunas juergas (6) en las que mi testarudez me impidió estar a tono con mis amigos”.
Y nunca dejó de jugar con el lenguaje, como en el famoso Soneto de las vocales (Iluminaciones, 1886), donde asigna un color a cada una de las cinco vocales.
Su influencia se extiende hasta nuestros días, con tanta fuerza que la cantante y poetisa norteamericana Patty Smith lo considera “el primer niño del punk-rock”, por inspirador de talentosos letristas de este género.
Rimbaud produjo toda su obra entre los 10 y 19 años, cuando sus viajes dejaron de ser sólo imaginarios para dedicarse a recorrer Europa, Asia y África, donde fue trabajador del puerto, empleado del circo, mecánico, campesino, soldado, marinero y explorador. A los lugares más alejados le llegaban las noticias de su fama poética, por la que, en su romántica necesidad de cambio constante, nunca se dejó tentar.
Notas:
- Hombre de buena posición, respetado y amable.
- Áspero, tosco, rudo.
- Que mendiga.
- Zapatos de madera que usaban los campesinos.
- Se refiere a la pérdida del amor.
- Fiestas, diversiones, escándalos.