El 24 de marzo de 1976, las fuerzas armadas derrocaron al gobierno democrático de Isabel Martínez de Perón. Así comenzó la última dictadura militar de nuestro país, gobernada por una junta integrada por los jefes del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea. Se llamaron “Proceso de Reorganización Nacional” y establecieron, entre otras medidas, la clausura del Congreso Nacional, la pena de muerte para sus opositores políticos, la intervención de los sindicatos y la imposición de censura sobre los medios de comunicación. Durante siete largos años los argentinos vivieron en un clima de violencia marcado por la desaparición y muerte de miles de personas, la violación a los derechos humanos, el robo de recién nacidos y otros crímenes de lesa humanidad. La Constitución Nacional dejó de regir la vida política del país y los ciudadanos quedaron subordinados a las decisiones de los militares que ejercieron el Terrorismo de Estado. Esto quiere decir que usando los recursos del Estado eliminaron a los adversarios políticos, a quienes llamaron subversivos, y generaron miedo en la población; para conseguir esto la dictadura implementó una nueva forma de represión: la desaparición sistemática de personas y el funcionamiento de centros clandestinos de detención, allí mantenían cautivos a los secuestrados sin que nadie supiera donde estaban: eran desaparecidos. En esos lugares “los desaparecidos” fueron torturados y asesinados. Allí también robaron niños y bebés recién nacidos de las mujeres detenidas. Todo esto se considera crímenes de Lesa Humanidad, es decir, crímenes masivos que causan graves sufrimientos y ofenden a toda la humanidad.
A pesar de la represión de esos años, madres y familiares de los desaparecidos, movilizados por el dolor de la ausencia, comenzaron a buscarlos. Las madres se juntaban en plaza de mayo y ante la imposibilidad de permanecer reunidas comenzaron a caminar dando vueltas a la plaza, en la cabeza llevaban pañuelos blancos hechos con tela de pañales. Hoy esas mujeres son las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Las abuelas buscan a sus nietos, nacidos en cautiverio y apropiados por los secuestradores, gracias a los exámenes de ADN ya encontraron a 116, ahora hombres y mujeres que conocen su origen.
En la actualidad en distintos puntos del país se desarrollan juicios donde se juzgan a los responsables de estos delitos. Desde hace algunos años en nuestro país, el 24 de Marzo es Feriado Nacional, una fecha para reflexionar sobre el valor de la democracia.
ESPACIOS DE MEMORIA EN CÓRDOBA
En la actualidad, algunos Centros Clandestinos de Detección son museos destinados a la memoria y a la defensa de los derechos humanos. En nuestra provincia podemos visitar: La Perla, Campo de la Ribera y el D2.
La Perla: Sobre la ruta nacional 20 camino a Carlos Paz, en Malagüeño, se encuentra el Espacio para la memoria y promoción de los derechos humanos ex centro clandestino de detección y exterminio La Perla. Allí se conservan los edificios y se recuerda y homenajea a las víctimas del Terrorismo de Estado. Se realizan visitas guiadas para escuelas, grupos y particulares. El teléfono es (0351) 498-3256.
Campo de la Ribera: Este espacio era una prisión militar cuando lo utilizaron como CCD, con la democracia se convirtió en una escuela y en la actualidad es otro Espacio de memoria, promoción y defensa de los Derechos Humanos. Se encuentra en las inmediaciones del cementerio San Vicente en calle Martín Cartechini s/n. Tel: (3051) 434-8876.
D2: A metros de Plaza San Martín, al frente de la Catedral y en la misma manzana del Cabildo se encuentra el Museo de sitio y Archivo Provincial de la Memoria, conocido como D2. Durante la dictadura fue el Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba D2 y se calcula que allí detuvieron de manera clandestina a unas 20 mil personas. Su dirección es Pasaje Catalina 66, Tel: (0351) 4342449/ 434750.