Monstruos desempleados
Es un hecho: ya nadie se asusta. En mis tiempos, con sólo invocarme, morían de espanto. Una madre me nombraba y el terror se ponía en marcha. La frase era siempre la misma: “Dormite ahora, mirá que sino viene el cuco”. Ahora ni siquiera saben quién soy. Los últimos que me recuerdan, deben tener cerca […]